Consejos de seguridad para utilizar estiércol en el huerto

Escrito por Marie Iannotti | Revisado por Amanda Rose Newton

El estiércol animal se utiliza en los huertos desde hace siglos. Añade nutrientes y materia orgánica, ayudando al desarrollo de un suelo sano y vivo. Sin embargo, ha habido muchos sustos sanitarios que relacionan el uso de estiércol como abono con brotes de E. coli (Escherichia coli), lo que puede hacer que te preguntes: ¿Es seguro añadir estiércol a un huerto? Es muy posible que el estiércol transmita enfermedades a los seres humanos. Según la extensión de horticultura de la Universidad de Madison-Wisconsin, nunca se debe utilizar estiércol fresco en frutas y hortalizas por la posibilidad de que transmita patógenos humanos como la e .coli.

Consejos para evitar la contaminación por estiércol

Siempre existe un riesgo cuando usas estiércol o té de estiércol en tu jardín, pero hay algunas precauciones que puedes tomar para mantenerte a salvo.

No utilices estiércol fresco

Aparte del riesgo de contaminación, cuanto más fresco sea el estiércol, más posibilidades hay de que tenga un alto contenido en nitrógeno y amoníaco, que pueden quemar las raíces de las plantas e incluso inhibir la germinación de las semillas. Si el estiércol procede de un animal que se alimenta de plantas, es probable que también esté lleno de semillas de malas hierbas, a las que no impedirá germinar.Si aun así quieres aprovechar el estiércol fresco, no lo apliques después de haber plantado tu jardín. El Departamento de Agricultura de EE.UU. recomienda una ventana de aplicación de 120 días antes de cosechar y comer cualquier hortaliza cuya parte comestible esté en contacto con el suelo. Esto incluye todo lo que crezca bajo tierra (remolachas, zanahorias, patatas, rábanos, etc.), así como todo lo que esté en el suelo, como lechugas, espinacas e incluso plantas trepadoras como pepinos y calabazas. Puedes aplicar estiércol fresco hasta 90 días antes de la cosecha a las hortalizas que estén lo bastante lejos del suelo como para que no les salpique nada, pero peca de precavido.

Busca otras formas de utilizar el estiércol en el jardín

En lugar de utilizar el estiércol como abono, utilízalo como acondicionador del suelo. Añade estiércol fresco en otoño para la siembra de primavera. Así tendrá tiempo de incorporarse a la tierra y convertirse en abono. Otra opción es utilizar estiércol compostado como abono lateral durante el periodo vegetativo. El estiércol compostado reduce el riesgo de contaminación. Según la Extensión del Colegio de Ciencias Agrícolas de la Universidad Estatal de Pensilvania, «para reducir la carga de patógenos, mantenga el compost a altas temperaturas con buena aireación, humedad y mezcla. La temperatura interna de la pila debe mantenerse entre 131 y 170 F durante tres días si se utiliza un sistema de pila en recipiente o con aireación estática, o 15 días si se utiliza una hilera».

Asegúrate de que está libre de patógenos

Si compras estiércol envasado, en la bolsa debe figurar si está libre de patógenos. No des por sentado que porque se venda como abono está totalmente compostado. Si adquieres el estiércol localmente, pregunta en la granja si sus animales han tenido algún problema sanitario.

Utiliza precauciones de sentido común

Lávate bien las manos y las uñas antes y después de cosechar productos cultivados con estiércol. Dado que los cultivos de raíces (remolachas, zanahorias, rábanos) y las hortalizas de hoja (acelgas, lechugas, espinacas) son los más susceptibles de contaminación, lave bien estas hortalizas y, si es posible, pélelas antes de comerlas. Si ha padecido enfermedades transmitidas por los alimentos en el pasado, evite comer verduras crudas abonadas con estiércol. Los niños, las mujeres embarazadas, las personas con sistemas inmunitarios debilitados y las que padecen enfermedades crónicas también deben evitar el consumo de estas verduras.

No todo el estiércol es igual

La mayoría de las fuentes recomiendan evitar el uso de estiércol de cerdo, gato y perro en el jardín porque puede contener parásitos que pueden sobrevivir en el suelo e infectar a los humanos.