Cómo cuidar un árbol o arbusto tras el injerto

Escrito por Jonathan Landsman | Revisado por Julie Thompson-Adolf

Según Hartmann y Kesslers, el éxito del injerto depende en un 45% de la preparación, en un 10% de la habilidad y en un 45% del cuidado posterior de la planta injertada. Así que, aunque es muy divertido perfeccionar tus habilidades con el cuchillo ninja, ¡considera la posibilidad de dedicar cuatro veces más esfuerzo a los cuidados posteriores! Para hacer un buen injerto, necesitas conocer paso a paso sus características específicas: un látigo y una lengüeta son muy diferentes de hacer de un vástago lateral. En cambio, los cuidados posteriores son muy similares para todos los injertos. Basta con conocer algunos principios de sentido común que se explican aquí.

Cuidados posteriores de los injertos

Un injerto se parece mucho a un plantón tierno. Alguna vez has hecho la tarea de principios de primavera de sacar al jardín los plantones de hortalizas cultivados en casa? Ese proceso de aclimatación lenta de las plántulas al duro mundo exterior, llamado endurecimiento, se parece mucho al cuidado de un nuevo injerto. El objetivo es moderar las oscilaciones de temperatura y humedad y, al mismo tiempo, conseguir que las condiciones sean similares a las de la primavera. Los profesionales utilizan agua caliente en tubos de PVC para calentar y montones de musgo esfagno o arena para la humedad.